La aparición de otras dos postales inéditas de Urduliz en fiestas editadas por la Librería Villar de Bilbao en la primera década del siglo XX, nos ha llevado de nuevo a sumergirnos en la prensa bilbaína de aquella época en búsqueda de información para elaborar este artículo. Como siempre, la hemeroteca no decepciona y nos ha deparado alguna que otra sorpresa.

La llegada del tren en 1893 a Urduliz y su entorno fue un hecho absolutamente revolucionario, ya que acortó las distancias con Bilbao y las localidades situadas en torno a la ría del Nervión, y trajo consigo un impacto económico positivo, al posibilitar, por ejemplo, un traslado más cómodo de los productos del caserío a los mercados urbanos, como el de Portugalete. Por otra parte, la irrupción del ferrocarril facilitó la llegada de excursionistas y visitantes que se acercaban a disfrutar del entorno natural de la zona, así como de las romerías y fiestas populares que se celebraban.

En fecha que desconocemos de los primeros años del siglo pasado, la Librería Villar de Bilbao sacó a la venta un conjunto de cinco postales con fotografías tomadas durante una romería celebrada en Urduliz. Dos de ellas aparecieron publicadas en los números 19 y 23 de ‘Urduliz Gaur’, respectivamente. De nuevo en esta ocasión, el coleccionista Javier García nos ha cedido amablemente una de las imágenes que ilustra este artículo, concretamente la postal que recoge el momento del baile del aurresku. En ella, al fondo, se observa el muro del cementerio que se encontraba en la parte trasera de la iglesia de Andra Mari. La tapia del camposanto también puede verse en la otra fotografía que sacamos a la luz, en la quedó plasmada para la posteridad una vista general del gentío que estaba participando en la romería. Además, en esta imagen pueden observarse al fondo los edificios del antiguo Ayuntamiento, actualmente sede de ‘Inola’; y el del caserío ‘Txosna’, que acoge al recomendable restaurante del mismo nombre.

Como hemos dicho, el descubrimiento de estas dos tarjetas nos llevó a bucear en la hemeroteca, para poder conocer mejor cómo eran aquellas romerías en los primeros compases del siglo XX, como la que quedó inmortalizada en esta serie de postales.

El nacimiento de las fiestas de la Ascensión en 1905

La romería que aparece en estas dos tarjetas podría ser la de la festividad de la Ascensión. Lo cierto es que esta fiesta se celebró por primera vez el 1 de junio de 1905, según el acuerdo que tomó el Ayuntamiento de Urduliz “para conmemorar la liquidación de todas las deudas que pesaban sobre este pueblo”, tal y como se explicó en el periódico ‘El Noticiero Bilbaíno’  publicado el 28 de mayo del citado año. El escenario en el que se desarrollaron los actos festivos fue la tradicional Campa de la iglesia, que contó con un “restaurant al aire libre” para que pudieran “saciar el apetito los gastrónomos”. La jornada de aquel 1 de junio comenzó a las seis de la mañana con una diana protagonizada por los tamborileros. En la Campa, a las nueve de la mañana hubo juegos con premios: la “sartén húngara y la sopa boba”. A las diez y media tuvo lugar una Misa solemne en la parroquia de Andra Mari, tras la que se bailó un Aurresku de honor. Por la tarde, se hicieron carreras de burros con premios, y se llevó a cabo una gran romería amenizada por la Banda de Santa Cecilia de Bilbao y por los tamborileros. También se elevaron al cielo “globos grotescos”.

Gracias a dos crónicas escritas por el corresponsal y abogado plentziatarra Ramón de Echevarrioste, que fueron publicadas en el mencionado diario ‘El Noticiero Bilbaíno’ los días 2 y 4 de junio, sabemos que la fiesta resultó un éxito. Según contó Echevarrioste, “la magnífica y espaciosa campa de Urduliz” se vio “muy concurrida por gente joven y de buen humor, que bailaba al compás de la música, del tamboril y de otros instrumentos”. Llegaron a Urduliz “infinidad de excursionistas de Bilbao, Algorta y Plencia, y de los pueblecillos y aldeas inmediatos”. Aunque no conocemos la cifra aproximada de visitantes, sabemos, por ejemplo, que un total de 400 personas cogieron el tren que, al atardecer, les llevó de vuelta a la vecina Plentzia.

Si bien la corporación urduliztarra presidida por aquel entonces por el alcalde Juan Manuel de Zarraga determinó que la fiesta de la Ascensión se celebrara “a perpetuidad”, ésta dejó de hacerse en los años 80 del pasado siglo.

-Foto de la romería aurresku: "Cedida por Javier García. Colección particular".

-Foto de la romería aurresku: «Cedida por Javier García. Colección particular».

-Foto romería Urduliz: "Colección del autor".

-Foto romería Urduliz: «Colección del autor».

La inauguración del órgano de la parroquia en las fiestas de Andra Mari de 1901

El dato más sorprendente que ha arrojado la búsqueda de información en la prensa bilbaína de la época, lo hemos hallado en el periódico ‘El Nervión’ del 10 de septiembre de 1901, en el que se recogió una crónica sobre la festividad del día de Andra Mari de aquel año. Y es que entre los actos programados destacó la inauguración del órgano de la iglesia de Urduliz, que procedía de la parroquia de San Antón de Bilbao y que fue adquirido por el urduliztarra José Domingo de Uribe, que por aquel entonces residía en la capital vizcaína, y que había hecho fortuna trabajando en  Paraguay.

El órgano fue construido por la casa Roque e Hijos de Zaragoza en 1871 para el citado templo bilbaíno, donde permaneció hasta que fue sustituido por otro fabricado por la casa Cavaillé – Coll de París, que fue estrenado oficialmente el 7 de julio de 1901. El viejo instrumento fue trasladado desde Bilbao hasta Urduliz, donde fue reconstruido por el bilbaíno Lucas Huertas, constructor de órganos, siendo inaugurado el 8 de septiembre de 1901 en la Misa Mayor, en la que actuó, curiosamente, el coro de la mencionada parroquia de San Antón, y, además, gratuitamente.

Hasta ahora se creía que el órgano que contemplamos hoy día en la iglesia de Andra Mari era el que se compró en octubre de 1852, pero esta nueva información que ofrecemos aquí desmiente aquella afirmación. No es descartable que en la reconstrucción del instrumento procedente de San Antón llevada a cabo por Huertas en 1901, se reaprovecharan algunos elementos del viejo órgano adquirido a mediados del siglo XIX. Y sin duda, la fecha de 1901 es muy apropiada para el mueble neogótico que acoge al conjunto de tuberías que conforman el órgano del templo urduliztarra.